Expresiones como “carne procedente de cerdos alegres” o “huevos de gallinas felices” son frecuentes. ¿Estas descripciones son útiles y fiables para elegir los alimentos que compras o son meramente trucos de marketing?

Otras palabras y expresiones en los envases y cajas de los alimentos como Sano, Sostenible, Bio, eco-friendly, son también usadas con frecuencia. Pero ¿qué nos indican en términos de información nutricional? ¿Son expresiones generales o tienen significados concretos?

Por otra parte, en todos los envases podemos ver un cuadro de información nutricional y una lista de ingredientes destacando los alérgenos que contienen. Esta información es obligatoria por normativa europea y, desde luego, es información fiable para tomar decisiones de compra. Su contenido se detalla en el Rgto UE 1169/2011. 

En nuestro Blog de salud 360º, hoy nos sumergiremos en el mundo del etiquetado nutricional de los productos envasados. En primer lugar, analizaremos cómo se presenta la información obligatoria al consumidor. A continuación, veremos ejemplos de otras rotulaciones y etiquetas en los envases.

INFORMACIÓN NUTRICIONAL OBLIGATORIA

1) Los nutrientes.

En la parte posterior de las cajas y bolsas tenemos información de los nutrientes en una tabla de información nutricional. Aquí tenemos un modelo básico.

¿Cómo interpretamos esta información? Aquí tienes una guía rápida.

Valor energético o Energía: Coloquialmente lo contamos en Calorías (Kcal) y es nuestro combustible diario. Si las calorías fueran dinero, ¡aquí es donde veríamos cuánto estamos gastando en nuestra comida!

Grasas: Siempre nos parecen que son los malos de las películas. Siendo reservas de energía para el cuerpo, debemos buscar las grasas buenas como las monoinsaturadas y poliinsaturadas. De hecho, en el cuadro se indica la cantidad de las no deseables: las saturadas. De estas, sin duda, cuanto menos mejor.

Hidratos de carbono: Son fuente de energía. Estos se dividen en simples (azúcares) y complejos (almidones y fibras). Los Simples, como caramelos, nos dan energía rápida pero fugaz. Complejos, como la avena, son la fuente de energía que durará hasta nuestro próximo "acto" de comida.

Proteínas: Son fundamentales para las funciones celulares. Pero no solo construyen músculos, también son responsables de nuestras enzimas y anticuerpos, por lo que son responsables del sistema inmunológico.

Sal: Puesto que la sal es necesaria para el cuerpo debemos evitar los excesos. Según la OMS para un adulto se recomienda no superar los 5 gr al día, es decir, algo menos de 1 cucharadita.

 

2) Los ingredientes: qué y cuánto.

La lista de ingredientes se ordena siempre por peso de mayor a menor. Por tanto, si entre los primeros lugares ves azúcares añadidos, grasas saturadas o aditivos, ten cuidado. Quizá sea conveniente buscar otro producto similar, pero con menos elementos potencialmente dañinos.

3) Los alérgenos: ¿cómo se destacan?

La lista de ingredientes también es un lugar importante para aquellos que pueden provocar alergias alimentarias. Alérgenos como nueces, gluten o lácteos deben ser resaltados (mediante letras en negrita, subrayados, …) para que los encuentres fácilmente. En el ejemplo siguiente se destaca tan solo mediante negritas.

A veces, los alérgenos se mencionan en un pequeño cuadro específico.

DETRÁS DE LAS ETIQUETAS DE MARKETING

Aquí, desentrañaremos las tácticas de marketing detrás de las etiquetas de los alimentos. La próxima vez que te encuentres con un paquete llamativo, sabrás cómo leer más allá de las promesas brillantes.

En primer lugar, es conveniente decir que la etiqueta Producto Ecológico refleja que ese producto ha sido testado y certificado siguiendo una normativa concreta y específica. En definitiva, que cumple los estándares para llamarse así y ha sido comprobado por un organismo de la administración en materia de alimentación. De otras etiquetas no se puede decir lo mismo.

Analizando Tácticas de Marketing: Detrás de cada etiqueta de producto hay un equipo de marketing maestro, ¡y son expertos en su oficio! Palabras o expresiones como 'natural', 'artesanal', 'eco-friendly', o 'huevos de gallinas felices' suenan tentadoras porque apelan a nuestros sentimientos y emociones más profundos de felicidad, bienestar animal, conservación del planeta, etc. Pero a veces son más una estrategia de ventas que una indicación real de la calidad nutricional. De hecho, hay informes sectoriales que indican que los huevos producidos en España son todos de buena calidad y no hay diferencias significativas entre los distintos tipos, por lo que hablar de gallinas felices no indica generalmente una calidad superior. Pero sí que tratan de justificar un precio superior y que el consumidor esté dispuesto a pagar más por ellos. Aprender a reconocer estas tácticas te convertirá en un consumidor más informado.

Cómo no dejarse llevar por el envase bonito: Un paquete bonito no siempre significa un producto saludable. La próxima vez que te sientas atraído por un envase vibrante, da un paso atrás y analiza la información nutricional en su interior. Un contenido saludable es más valioso que un envoltorio llamativo.

Recuerda, al ser consciente de las estrategias de marketing, puedes tomar decisiones más informadas sobre lo que comes. 

CONSEJOS FINALES

1. Comparte el conocimiento. La información es poder. Comparte lo que has aprendido con amigos y familiares para que todos puedan disfrutar de la comida de manera más saludable.
2. Usa recursos online. Aplicaciones como ElCoCo (https://elcoco.es/) y Yuka (https://yuka.io/es/) y sitios web especializados pueden ayudarte a entender mejor el etiquetado nutricional. ¡Aprovecha estas herramientas para tomar decisiones más inteligentes en el supermercado!
3. Sé un consumidor crítico. No te dejes engañar por etiquetas llamativas. Examina la información nutricional con atención y confía en tu instinto de detective nutricional.